Mmmmm… no sé si se consideran realmente raras pero voy a ver qué se me ocurre.
En Once and Future, Marina descubre que el cliente guapo que va a su cafetería es Arturo cuando se le queda atrapado el tacón en una tapa de alcantarilla y él lo saca y le dice que «tengo un don para sacar cosas que se han quedado atascadas en otras cosas».
Ah, mi Arturo es un genio de la gramática y la elocuencia.
En Dioses muertos Heda tiene que hacer de ángel en una Anunciación. Y en la primera versión había un viaje lisérgico por unos túneles que no era una metáfora del útero materno en absoluto. No sé si en esta versión lo mantendré.
En Los Engranajes del Mundo hay muchas situaciones raras pero explicar alguna sería destripar demasiado la historia así que…
En Los Primeros (agh, tengo que buscarle un nombre mejor a esta novela pero nunca se me ocurre nada) a la protagonista le mean encima. No sé si eso es raro. Igual es más raro que tenga seis dedos en la mano derecha y que esté destinada a ser el Recipiente del alma de una criatura inmortal que gobierna su sociedad.