Lo mismo, como ya he hablado mucho de Lander, el antagonista de Dioses Muertos, voy a comentar otro.
Melan es el principal antagonista de Los Primeros. En realidad deberían ser dos, Melan y su esposa durante más de mil años, Tuara, pero el verdadero cerebro de la operación es Melan.
Se trata de un personaje bastante manipulador y calculador, al que no le da miedo ensuciarse las manos si es necesario pero que prefiere que otros hagan el trabajo por él, generalmente Tuara. Es carismático y esconde su parte violenta y malvada muy bien, tanto que algunos de sus «socios», por llamarles de alguna manera, no han sido capaces de captarla en los más de mil años que llevan gobernando juntos el Refugio Final.
Melan engaña, seduce, manipula, maltrata física y psicológicamente y es un fanático del control. La forma más sencilla de hacerle perder los papeles y demostrar su verdadera naturaleza es conseguir que las cosas no funcionen como en sus minuciosos planes, algo que no siempre es sencillo. Tendría que revisar la libreta donde lo apunté pero si no me equivoco, Melan tenía el poder de controlar el fuego. No es exactamente un sádico pero se queda muy cerca de esa definición.
No es una persona que necesite ser el líder, no le importa que ese puesto lo ocupen otros siempre que él pueda tener cierta medida de control y de manga ancha para sus habilidades. Su relación con Tuara es compleja. Es posible que en algún momento del pasado hubiera verdadero amor, pero no creo que ninguna relación entre dos Primeros pueda sobrevivir mil años. Tuara sigue enamorada de él, o de la imagen que todavía tiene de él, mientras que Melan suele serle infiel muy a menudo y la machaca psicológicamente, afirmando que nadie la va a querer como él, que no va a encontrar otra persona que la acepte, para mantenerla bien atada.
Cuando cambian de cuerpo, Melan suele escoger huéspedes mucho más atractivos y de más edad que los que le permite escoger a Tuara, para seguir manteniendo ese control sobre ella.