Sin duda en mi casa, en mi ordenador.
Me acabo de comprar un ordenador portátil nuevo después de nueve años: mi ordenador antiguo ya no merecía el nombre de «portátil» porque ya sólo funcionaba enchufado y ni siquiera se conectaba a internet.
Sin duda escribo mucho mejor a solas, pero la verdad es que si tengo a Raúl Atreides al otro lado de un chat de Facebook picándome y dándome caña es todavía muchísimo mejor.
En cuanto al horario, escribo cuando puedo. Con un niño pequeño que demanda atención continuamente sólo puedo escribir cuando duerme, lo que significa que escribo de 2 a 4 aproximadamente, cuando tengo suerte, y a partir de las 9 o 10 de la noche. Tampoco puedo quedarme hasta muy tarde porque tengo que madrugar pero intento sacar el máximo partido posible al ratito que tengo. Por suerte mi pareja se suele llevar al niño al parque un rato por la tarde para que pueda darle un buen empujón a mis historias.